¿Por qué estar en un equipo de esquí?
Mi experiencia perteneciendo a un equipo de competición.
Mi pasión por el esquí comenzó desde pequeña. En mi familia siempre han sido muy esquiadores, y a los 4 años, mis padres decidieron enseñarme a esquiar (¿Cuándo y dónde aprender a esquiar?).
Cuando tenia 10 años, mis padres nos apuntaron, a mis hermanos y a mi, en un equipo de competición de esquí, y desde el primer momento, ese equipo se convirtió en mi segunda familia.
El ambiente dentro del equipo de esquí siempre fue muy especial. Los entrenamientos en Madrid, y los viajes de esquí para entrenar y competir, hicieron que pasara mucho tiempo con ellos. Este entorno tan unido fue clave para mi desarrollo, como esquiadora y como persona.
La amistad y el apoyo entre los compañeros eran fundamentales, y los entrenadores siempre estuvieron ahí para guiarnos y animarnos en cada entreno y carrera. Gracias a ellos, los nervios previos a las competiciones desaparecían rápidamente.
Una parte muy importante era lo que venía después de los entrenamientos de esquí compartíamos tiempo, riendo, relajándonos y preparándonos para el día siguiente. Esas pequeñas cosas hicieron que el esquí no solo fuera un deporte, sino una experiencia de vida.
Hace un año decidí dejar de competir, pero no me alejé mucho del equipo. Me saqué el título de Técnico Deportivo en esquí alpino, y ahora me dedico a enseñar a futuros esquiadores todo lo que he aprendido a lo largo de estos años (filosofía White Camps Madrid). Sigo formándome para mejorar y transmitir mi amor por este maravilloso deporte, esperando que, algún día, ellos también puedan vivir lo que yo viví sobre la nieve.